Yo tenía unas sandalias tipo romanas de color azul, me encantaban, porque además olían a chicle. Me acuerdo que las llevaba a una clase de natación. Tenía el pie gordito porque lo que creo que se me veían un poco raras, pero igual me gustaban.
De los sueños prefiero no hablar porque he soñado con mi mamá y amanezco muy triste, aunque no lloro, tengo un semblante como de haber llorado toda la noche.
Últimamente yo también sueño con laberintos.
Yo tengo un chiste que me hacía reír muchísimo, aunque tal vez es un poco misógino (:P)
Una señora va a una tienda a comprar un perico, pero el único que tienen es uno que estaba en otra casa y ya sabe hablar.
El perico llega a la casa y dice: "Casa nueva, casa nueva".
Ve pasar a la señora y dice: "Casa nueva, dueña nueva".
Llegan las hijas de la señora y dice: "Casa nueva, dueña nueva, p*tas nuevas".
En la noche llega el marido y el perico dice: "Casa nueva, dueña nueva, p*tas nuevas, mismo cliente. ¡Quibo, Rubén, ¿cómo estás?".
Querida, ¿cómo estás? ¿Cómo son tus laberintos?
Gracias por el chiste, esos chistes de pericos con como los de Pepito. Una nunca sabe por dónde va a saltar la pulga. Te mando un abrazo bien grande.
Yo tenía unas sandalias tipo romanas de color azul, me encantaban, porque además olían a chicle. Me acuerdo que las llevaba a una clase de natación. Tenía el pie gordito porque lo que creo que se me veían un poco raras, pero igual me gustaban.
De los sueños prefiero no hablar porque he soñado con mi mamá y amanezco muy triste, aunque no lloro, tengo un semblante como de haber llorado toda la noche.
Te mando un abrazo muy grande, aquí te leemos con cariño.
Gracias por compartir lo de las sandalias, pude recordar ese olor. Más abrazos.